El ruido y los gritos que provocan las carreras de coches en los alrededores del Barranco de Azuaje interrumpen el descanso durante la noche y representan un peligro para la seguridad vial
Los vecinos del Barranco de Azuaje, entre los municipios de Firgas y Moya, en Gran Canaria, quieren acabar con las carreras ilegales de coches que cada fin de semana ven a escasos metros de sus casas.
Además del peligro que representa para la seguridad vial, el estruendo de los motores, los derrapes y los gritos del público que acude a verlos de madrugada hacen imposible que puedan dormir tranquilos. El tramo de la GC-350 es el escenario donde los conductores llevan a cabo las carreras ilegales.
Felo es uno de los 100 vecinos afectados. Llevan 5 años intentando conciliar el sueño. Derrapes, frenazos y aceleraciones provocadas por una decena de vehículos tuneados que de madrugada aguardan su turno en su particular parrilla de salida.
Los vecinos han trasladado el problema a la Dirección General de Tráfico, la Delegación del Gobierno y el Diputado del Común.
La vía de titularidad insular ha llevado a los alcaldes de ambos municipios a solicitar a la subdelegación del Gobierno mayor presencial policial, la colocación de radares o bandas reductoras de velocidad. «A veces lo hacen incluso con las luces apagadas», asegura el alcalde de Moya, Raúl Afonso.
Por su parte, el alcalde de Firgas, Jaime Hernández, afirma que «seguimos exigiendo esas soluciones para acabar con la problemática».
La Guardia Civil ha abierto una investigación e intentan identificar a los conductores. Medidas de prevención para que la tranquilidad también se prolongue durante la noche.
